El Ministerio de Hacienda ha implementado una reforma puntual del IRPF con el fin de corregir una anomalía que perjudicaba a los contribuyentes con ingresos cercanos al salario mínimo. A continuación, se detallan los aspectos clave de esta medida.
Con la entrada en vigor del nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) en 2025, establecido en 16.576 euros anuales, se detectó un problema en el diseño del IRPF. Este fallo provocaba que ciertos contribuyentes, al superar levemente dicho umbral, vieran aumentada su carga tributaria de forma desproporcionada.
El efecto era especialmente notorio en la base baja del impuesto, donde algunas rentas pasaban a estar gravadas con tipos marginales superiores al 90%, lo cual resultaba en una tributación injustificada sobre pequeños incrementos salariales.
Para solventar esta situación, el Gobierno ha introducido una deducción de 340 euros aplicable a los trabajadores con rentas iguales o inferiores al SMI. Las características principales de esta deducción son:
La reforma también contempla una suavización de los tipos marginales para los tramos de renta inmediatamente superiores al SMI. Antes de esta corrección, las rentas ligeramente superiores al mínimo se enfrentaban a una tributación efectiva excesiva, lo que contradecía los principios de progresividad fiscal.
Con la modificación actual:
El impacto de la retención también varía según el territorio, debido a la descentralización parcial del IRPF. En el esquema inicial, las retenciones previstas para este perfil de contribuyente eran:
El Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) ha valorado la reforma como un avance, aunque señala que los tipos marginales siguen siendo elevados. Según sus cálculos:
Aunque la medida supone un alivio significativo, desde el punto de vista técnico se considera que persisten problemas estructurales en la configuración del IRPF para tramos bajos de renta.
ADADE Central